El atleta olímpico cubano Andy Hechavarría ha generado gran controversia al anunciar la venta de un teléfono Samsung Galaxy Z Flip 6 de edición limitada, el cual fue obsequiado a cada deportista participante por la organización de los Juegos Olímpicos de París 2024.
La noticia se difundió rápidamente a través de redes sociales, causando una variedad de reacciones entre los usuarios.
Hechavarría, quien representó a Cuba en la disciplina de triple salto, hizo público el anuncio en el grupo de Facebook 'teléfonos habana'.
En su publicación, el triplista ofreció el dispositivo móvil por 900 dólares, declarando: "Se vende, nuevo en su caja, edición limitada.
En buen precio (900 USD). Es el de los Juegos Olímpicos".
Este mensaje no pasó desapercibido, generando múltiples comentarios tanto de apoyo como de crítica hacia el atleta.
A pesar de su esfuerzo, Hechavarría no logró avanzar a la final del triple salto, quedando fuera de la competencia con un mejor salto de 16.70 metros, según informó swincompleto.com. Sin embargo, como todos los atletas que compitieron en París, recibió el mencionado teléfono plegable, un modelo que fue presentado al mercado poco antes del inicio de los Juegos Olímpicos.
El Samsung Galaxy Z Flip 6 que Hechavarría puso a la venta no es un teléfono común.
Este modelo especial cuenta con un diseño exclusivo que incluye los logos de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024. Debido a su carácter limitado, este dispositivo puede alcanzar un valor superior a los 2,000 dólares en el mercado, convirtiéndose en un artículo altamente codiciado.
La acción de Hechavarría se suma a la de otros deportistas cubanos que han decidido vender objetos valiosos recibidos en competencias internacionales.
Por ejemplo, el boxeador Roniel Iglesias subastó su medalla de oro de Tokio 2020 por 83,188 dólares, y el también boxeador Mario Kindelán vendió su medalla de oro de las Olimpiadas de Sídney 2000.
Esta práctica de vender objetos de valor obtenidos en competencias refleja la difícil situación económica que enfrentan muchos atletas cubanos, quienes a menudo recurren a la venta de estos artículos como una manera de obtener ingresos adicionales para mejorar sus condiciones de vida.
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