Una auditoría del IRS es un proceso de revisión de las declaraciones de impuestos para garantizar la precisión y el cumplimiento de las leyes fiscales.
Ser seleccionado para una auditoría no siempre indica un error, ya que existen diferentes métodos de selección.
Lo más importante es colaborar y proporcionar la información solicitada durante el proceso de auditoría.
El proceso de auditorías del IRS es llevado a cabo para menos del 1% de las declaraciones presentadas. Un grupo pequeño es seleccionado al azar, mientras que otros son elegidos a través de un proceso de análisis por computadora.
Para evitar ser seleccionado para una auditoría de impuestos, es importante asegurarse de que la declaración de impuestos no contenga ingresos sin reportar, muchas pérdidas en el Apartado C (para los contribuyentes independientes), errores matemáticos, gastos personales y de negocios entremezclados, y deducciones inusuales.
Si es seleccionado para el proceso de auditorías del IRS, recibirá una carta por correo que ofrecerá detalles sobre el tipo de auditoría y los siguientes pasos a seguir.
En este punto, se recomienda contratar representación de auditoría fiscal para ayudar a recopilar los documentos necesarios y manejar los trámites, así como comunicarse con el IRS en su nombre.
Una vez finalizada la auditoría, que puede durar hasta un año o más, se recibirá un informe de examen (Formulario 4549).
Según los hallazgos de este informe, se deberá pagar más impuestos, no pagar impuestos o recibir un reembolso. Si no se está de acuerdo con las conclusiones, se tiene un plazo de 30 días para solicitar una reconsideración y/o presentar una apelación.
Si se está de acuerdo, se firmará el informe de examen o un formulario similar, dependiendo del tipo de auditoría realizada. En caso de deber impuestos adicionales, se deberán pagar en su totalidad o solicitar un plan de pago.
Existen cuatro tipos de auditorías fiscales del IRS.
El primero es la auditoría línea por línea, que es más exhaustiva y evalúa cada aspecto de la declaración de impuestos.
El segundo tipo es la auditoría por correspondencia, que se realiza por correo y generalmente requiere presentar documentos que respalden las deducciones u otras discrepancias en la declaración de impuestos.
Estos documentos pueden incluir recibos, cheques cancelados y otro tipo de prueba tangible. Una vez que se envíen los documentos solicitados por correo, el asunto se puede resolver rápidamente.
En raras ocasiones, se puede dar una auditoría en sitio, donde un agente del IRS visita la casa, la oficina del contador o el lugar de negocios (en caso de ser dueño de un negocio). Estas auditorías son más intrusivas y generalmente se reservan para aquellos que ganan más de $100,000.
El último tipo de auditoría es la auditoría en la oficina, donde el IRS necesita hacer preguntas adicionales o obtener más detalles.
En este caso, se programará una reunión con un auditor del IRS en una oficina local del IRS y se proporcionará una lista de documentos que se deberán presentar.
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