El ambiente en la corte de Miami estaba cargado de expectativa y tensión este domingo, cuando se esperaba la comparecencia de Damián Valdez Galloso, el cubano acusado del asesinato del popular cantante urbano conocido como El Taiger.
Sin embargo, Valdez no apareció, lo que dejó a su mánager, Teresa Padrón, y a otros presentes decepcionados y frustrados. Padrón enfatizó que Valdez "sabe que el mundo está pidiendo respuestas" y que su ausencia es una muestra de su falta de responsabilidad ante la situación.
La audiencia, que estaba programada para este domingo, se reprogramó para el 22 de noviembre, fecha en la que amigos y familiares de El Taiger esperan poder asistir nuevamente para manifestar su apoyo y exigir justicia.
La indignación de los asistentes era palpable, especialmente entre aquellos más cercanos al artista, quienes piden que los cargos contra Valdez sean elevados a asesinato en primer grado, argumentando que el disparo en la cabeza de El Taiger indica premeditación.
Teresa Padrón, mánager de El Taiger, declaró: "Él rechazó venir porque no quiere dar la cara.
Sabe que todo el mundo lo está mirando, que lo odian y que están exigiendo respuestas". Esta situación ha generado un debate en la comunidad cubana en Miami, donde el crimen ha tenido un impacto significativo en el ámbito de la música urbana.
Durante una audiencia anterior, el 7 de noviembre, la jueza Mindy S. Glazer expresó su preocupación sobre la calificación del delito como homicidio en segundo grado.
La jueza sugirió que las circunstancias del crimen podrían implicar un nivel de premeditación que justificaría un cargo de asesinato en primer grado.
El informe policial señala que Valdez disparó a El Taiger en la cabeza y, tras el ataque, intentó encubrir el crimen trasladando el cuerpo al vehículo de la víctima.
Valdez fue arrestado en Nueva York el 29 de octubre y extraditado a Miami, donde se encuentra en un centro de detención en Key Biscayne, esperando su juicio.
La jueza Glazer ha declarado que el caso será revisado en profundidad para determinar si el cargo puede ser recalificado como homicidio en primer grado, tomando en cuenta las posibles intenciones y planificación detrás del crimen.
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