La Policía ha detenido al ex Gran Maestro de la masonería cubana, Mario Urquía Carreño, con el objetivo de evitar su salida del país. Urquía Carreño está bajo investigación por supuestas irregularidades financieras relacionadas con la Gran Logia de Cuba.
En el mismo operativo, su tesorero, Airam Cervera Reigosa, también fue convocado por las autoridades, pero fue liberado tras comprometerse a devolver el dinero que había sido sustraído.
La detención de Urquía tuvo lugar en la estación de Zanja y Dragones, en el corazón de Centro Habana, este martes, cuando acudió a ofrecer su declaración en el marco de una investigación por malversación de fondos.
Un comunicado emitido por la fraternidad masónica revela que el nuevo Gran Maestro, Mayker Filema Duarte, fue quien denunció las irregularidades tras realizar una auditoría al asumir su cargo.
En este documento se estipula que Cervera deberá restituir la cantidad sustraída dentro de un plazo que la Fiscalía no ha revelado.
En caso de incumplimiento, se mencionó que podría ser internado hasta la espera de su juicio. Estas acciones tienen como finalidad evitar que los implicados puedan abandonar el país.
El comunicado también incluye las pruebas que respaldan las acusaciones de malversación de fondos contra ambos masones, las cuales fueron detalladas en un documento anterior fechado el 6 de septiembre.
En esa ocasión, Filema Duarte anunció el inicio de una investigación policial tras recibir denuncias contra Urquía y Cervera, quienes están acusados de haber robado más de dos millones de pesos.
De acuerdo con la información proporcionada por la Gran Logia, las sustracciones de dinero ocurrieron entre enero y agosto de este año, durante las cuales Cervera llevó a cabo al menos siete transferencias bancarias desde la cuenta de la Gran Logia a su propia cuenta personal como cuentapropista.
Se alega que estos fondos estaban destinados a varias logias, las cuales nunca recibieron el dinero, y que los pagos no estaban registrados en los libros de la fraternidad.
Además, se ha informado que Cervera manipuló los registros contables de la Gran Logia para ocultar las transferencias de dinero, lo que ha llevado a la conclusión de que la auditoría sobre las cuentas aún no ha finalizado, insinuando que el desfalco podría ser incluso mayor de lo que se ha descubierto hasta ahora.
Como consecuencia de estos hallazgos, a Cervera se le han retirado sus derechos masónicos, y se ha decidido enviarlo a la Corte Suprema de Justicia Masónica para que enfrente las consecuencias de sus acciones.
Muchos coinciden en que esta situación no es casual, y la atribuyen a la influencia de la Oficina de Asuntos Religiosos y su brazo ejecutor, el Departamento de la Seguridad del Estado, que han trabajado activamente para desestabilizar la organización.
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