En el marco de la actual elección presidencial de Estados Unidos, dos de los empresarios más prominentes y reconocidos a nivel global, Elon Musk y Bill Gates, han tomado posturas diametralmente opuestas en cuanto a sus preferencias políticas, alineándose con sus respectivos candidatos favoritos.
Elon Musk, CEO de Tesla y propietario de la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter), ha manifestado su apoyo de manera pública al candidato republicano Donald Trump.
En contraste, Bill Gates, cofundador de Microsoft y figura destacada en el ámbito filantrópico, ha decidido respaldar a Kamala Harris, la candidata demócrata, en un momento crucial para el futuro político del país.
Además, ha iniciado una campaña para recolectar firmas en defensa de la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión, así como de la Segunda Enmienda, que garantiza el derecho a portar armas.
Este enfoque ha suscitado debate y atención mediática, dado el impacto que puede tener en la dinámica electoral.
Por otro lado, Bill Gates ha expresado su preocupación ante la posibilidad de una segunda presidencia de Trump, eligiendo así respaldar a Kamala Harris. Según reportes del New York Times, Gates realizó una donación significativa de 50 millones de dólares a Future Forward USA Action, una organización sin fines de lucro que apoya la campaña de la demócrata.
Esta contribución fue discutida en privado entre influyentes como el exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, y se esperaba que se mantuviera en secreto.
Esta situación pone de manifiesto la intrincada relación entre el financiamiento político y las estrategias de campaña en el contexto de una elección que se anticipa como crucial para el futuro del país y del mundo.
Bill Gates, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más acaudalados del mundo, ha decidido respaldar a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, mediante una donación secreta de 50 millones de dólares.
Según las declaraciones realizadas, Trump sugiere que Musk podría liderar una “auditoría completa” del gobierno federal para evaluar y optimizar el sistema fiscal del país.
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