El miércoles por la noche, un avión de American Airlines chocó con un helicóptero militar UH-60 Black Hawk sobre el río Potomac, a solo 400 pies del suelo cerca del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington.
El accidente mató a 67 personas en ambos aviones, convirtiéndose en el peor desastre de aviación en Estados Unidos desde 2001.
Apenas dieciocho segundos antes de la colisión, el helicóptero fue alertado de la presencia de la aeronave, pero el desastre aún era inevitable.
Ambos aviones se estrellaron en el helado río Potomac.
Continúa el doloroso trabajo de recuperación de los cuerpos.
Hasta el momento se han encontrado más de una docena de cadáveres y los familiares esperan ansiosamente noticias en el aeropuerto.
El accidente se produjo a las 20.47 horas, cuando el avión que transportaba 64 personas se disponía a aterrizar.
Las familias de los pasajeros esperaban en el aeropuerto un milagro, mientras los rescatistas buscaban supervivientes en el agua helada. Un equipo de más de 300 rescatistas trabajó incansablemente durante toda la noche.
Sin embargo, no se encontraron señales de vida en el avión hundido.
Hasta la fecha se han encontrado diecinueve cadáveres en el agua. A pesar de las difíciles condiciones climáticas, la búsqueda continua.
El vuelo 5342 de American Airlines fue operado por un Bombardier CRJ700 con 60 pasajeros y cuatro tripulantes a bordo.
El avión despegó de Wichita, Kansas y se dirigía al Aeropuerto Nacional Reagan.
El helicóptero Black Hawk con tres tripulantes despegó de Langley, Virginia, y se encontraba en espacio aéreo controlado por la capital.
El accidente provocó una explosión en el aire, rompiendo el avión en tres pedazos. Testigos en el lugar describieron el incidente como una lluvia de "meteoritos" y "rayos blancos".
Minutos después, los restos de ambos aviones cayeron al río Potomac, dificultando las tareas de rescate. Las autoridades confirmaron que no hubo sobrevivientes. Los equipos de rescate luchaban por recuperar los cuerpos de las aguas congeladas del río.
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