La Amy Winehouse cubana despedida injustamente de su trabajo

Lisandra Rodríguez, conocida como la 'Amy Winehouse cubana', ha sido despedida injustamente de su trabajo en el bar Escabeche en La Habana Vieja.

Su parecido físico con la fallecida cantante británica la llevó a la fama en medios independientes, pero también le trajo consecuencias negativas.

Lisandra Rodríguez, conocida como la Amy Winehouse cubana, ha sido despedida de su trabajo en el bar Escabeche debido a su repentina exposición en las redes sociales.

A pesar de que Lisandra solo estaba apoyando en atender mesas y no cumplía con los documentos necesarios, los directivos del bar decidieron prescindir de sus servicios debido a la difusión de su historia en medios masivos, que mencionaban el lugar en el que trabajaba.

Lisandra agradeció la amabilidad de sus compañeros de trabajo y del director del bar.

La joven de 23 años compartió en redes sociales que está a la espera de un parole humanitario tanto para ella como para su hijo, ya que desea poder trabajar y seguir adelante en los Estados Unidos.

La reacción de los cubanos en redes sociales ha sido de indignación y sorpresa ante la extrema censura que afecta a quienes aparecen en medios independientes, incluso sin expresar opiniones políticas.

Sin embargo, la atención mediática que recibió por su parecido con la famosa cantante británica hizo que sus jefes se pusieran nerviosos y decidieran despedirla.

Muchos usuarios criticaron la falta de visión de los dueños del bar, que en lugar de aprovechar la popularidad de Lisandra como la 'doble de Amy Winehouse' para atraer más clientes, decidieron despedirla dejándola sin sustento.

Lisandra, por su parte, se mostró emocionada en una transmisión en vivo en Facebook y bromeó sobre su situación con el periodista Mario J. Pentón.

A pesar de la adversidad, la joven expresó que cuando una puerta se cierra, otra se abre, y planea aliviar el estrés haciéndose un nuevo tatuaje.

En definitiva, el despido de Lisandra Rodríguez ha generado un debate en Cuba sobre la libertad de expresión y la falta de oportunidades para los jóvenes que buscan superarse en un país lleno de limitaciones.

En medio de la presión y el estrés que está experimentando, Lisandra planea hacerse otro tatuaje para aliviar un poco la situación.

A pesar de todo, sigue comprometida con transmitir el mensaje de amor propio que Amy Winehouse representaba, mostrando el profundo impacto que la música de la cantante ha tenido en su vida.