Un tribunal federal de apelaciones ha accedido a la solicitud de Texas, gobernado por el republicano Greg Abbott, para mantener su barrera de boyas antinmigrantes en el Río Bravo, ubicado en la frontera sur de Estados Unidos.
Se ha determinado que esta disposición flotante permanecerá en su lugar, al menos hasta que se realice una revisión adicional, según la decisión de un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos, con sede en Nueva Orleans, Luisiana.
Texas argumentó en su petición que la ley federal de 1899, que prohíbe las construcciones no autorizadas en vías navegables, choca con su derecho constitucional a repeler una supuesta "invasión" de población migrante en la frontera y que la barrera les ha servido para "defenderse".
La decisión del tribunal de apelaciones contrasta con la tomada por el magistrado David Ezra, del distrito oeste de Texas, quien señaló que el grupo de boyas, que tiene una longitud de 300 metros, obstruía la capacidad de navegación del río, reprendiendo al Gobierno estatal por no haber solicitado permiso y ordenando su retirada antes del 15 de septiembre.
Además, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha instado a Texas a retirar las boyas debido a que representan un peligro para los migrantes, violan la legislación federal y los tratados bilaterales con México.
Esta controversia forma parte de la "Operación Estrella Solitaria", una campaña lanzada por el gobierno de Abbott para abordar el tema de la migración en el estado y mostrar su oposición a las políticas de Biden.
Esta iniciativa también ha llevado al envío de autobuses con migrantes a ciudades gobernadas por demócratas, lo cual ha captado la atención de los medios en el último año. Además, se ha instalado kilómetros de concertina en la frontera con México, entre otras medidas.
El gobierno de México ha solicitado repetidamente a Estados Unidos que retire la barrera Argumentando que la mayoría de las boyas se encuentran en territorio mexicano, Según el informe, la gran mayoría de las boyas están ubicadas del lado mexicano.
La barrera en cuestión tiene una longitud de más de 300 metros y forma parte de las diversas estrategias implementadas por el gobernador Abbott en su operación Lone Star, cuyo objetivo es disuadir a los migrantes. Además de la barrera, se han colocado bobinas de alambre de púas a lo largo de la orilla del río.
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