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Los cheques, las deducciones y las retenciones de impuestos

Los cheques de pago, tanto los ingresos como los egresos, son una parte fundamental de la vida laboral. Como empleados, entendemos la diferencia entre el pago "bruto" y el "neto".

El pago bruto es el monto total de nuestro salario, antes de que se apliquen las deducciones, retenciones y contribuciones correspondientes.


Algunos ejemplos son las contribuciones al plan de jubilación 401K, las primas de seguro, las cuentas de ahorro flexibles (FSA), la participación en las ganancias y los embargos.
En cuanto a las deducciones, estas pueden incluir una variedad de beneficios que el empleado paga en su totalidad o en parte.

Por otro lado, el pago neto es la cantidad que recibimos después de que se restan dichos elementos del ingreso bruto.

Es la cantidad real que podemos cobrar o que se deposita automáticamente en nuestra cuenta bancaria.

Es importante tener en cuenta que el pago final que recibimos depende de diferentes factores.

Uno de ellos es la frecuencia con la que nos pagan, que puede ser semanal, bisemanal, bimensual o mensual, y que determina el período de pago.

Además, depende de las deducciones, retenciones y contribuciones que se realicen durante cada período de nómina.

Las deducciones y retenciones son dos conceptos distintos, pero igualmente importantes a la hora de entender nuestro cheque de pago.

Las retenciones son los montos que se deducen del cheque de pago de cada empleado para pagar impuestos sobre la renta, tanto a nivel federal como estatal, correspondientes al período de pago en cuestión.


La cantidad retenida está determinada por la información que el empleado proporciona en el formulario W-4 al momento de ser contratado.
En los Estados Unidos, tanto los impuestos federales como estatales sobre la renta se retienen de todos los cheques de pago de los empleados.

La mayoría de las retenciones de impuestos son obligatorias y están determinadas por ley. Como empleador, es tu responsabilidad retener las cantidades requeridas y pagarlas al IRS en nombre de cada uno de tus empleados.

En cambio, las deducciones suelen ser voluntarias y dependen de la elección del trabajador. Por ejemplo, el empleado puede optar por participar en un plan de atención médica o decidir el porcentaje que desea deducir para su plan de jubilación.

Es fundamental comprender que el dinero retenido se envía al gobierno en nombre del empleado.

Si se retiene demasiado dinero, el empleado recibirá un reembolso al presentar su declaración de impuestos. En cambio, si no se ha pagado lo suficiente, el empleado deberá pagar la diferencia al presentar su declaración de impuestos.


Estos beneficios pueden incluir planes de jubilación, atención médica u otros fondos especiales.
Por otro lado, las deducciones son los montos que se restan del salario del empleado por concepto de beneficios y donaciones que este ha elegido.

Existen diferentes tipos de retenciones, como los impuestos federales, las contribuciones al seguro social, los impuestos de desempleo y el impuesto adicional de Medicare.

Es importante entender por qué debemos contribuir a los planes de seguro o jubilación. El empleador puede acceder a tarifas de atención médica más bajas que las que se pueden obtener individualmente.

Aunque el empleado pague una parte de estas tarifas, se deducirán automáticamente de cada cheque de pago.

Algunas retenciones de impuestos son compartidas entre el empleado y el empleador. La porción que paga el empleador se llama contribución, ya que es "contribuida" o pagada por el empleador en beneficio del empleado.

En resumen, tanto las deducciones como las retenciones son elementos importantes en nuestro cheque de pago. Entender cómo funcionan nos ayudará a tomar decisiones informadas y a planificar nuestras finanzas de manera más efectiva.



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