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Panamá considera cerrar su frontera por el flujo de migrantes

Panamá considera cerrar su frontera tras aumento alarmante del flujo de migrantes

Panamá considera la posibilidad de cerrar su frontera terrestre con Colombia debido al aumento alarmante del flujo de migrantes irregulares.

Con el objetivo de abordar esta problemática, el Gobierno panameño ha anunciado el lanzamiento de una nueva campaña bajo el lema "El Darién es una selva, no un camino". Asimismo, se prevé la adopción de medidas contundentes ante esta situación.


El gobierno de Panamá está comprometido en buscar soluciones a esta problemática, pero también hace un llamado a Colombia y a la comunidad internacional para que colaboren de manera más efectiva en la gestión de la migración y en la protección del medio ambiente.
Ante esta situación, se plantea la posibilidad de cerrar la frontera terrestre con el objetivo de controlar el flujo migratorio y evitar mayores impactos ambientales y sociales.

El Gobierno de Panamá ha evaluado la posibilidad de cerrar este corredor fronterizo como respuesta a la migración irregular que se ha incrementado de manera drástica.

Además, ha expresado su preocupación por la falta de cooperación internacional para abordar este fenómeno migratorio en su frontera con Colombia.

El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Juan Manuel Pino, ha señalado que se ha buscado la cooperación internacional con los países de origen y tránsito de los migrantes, pero que ha sido difícil obtenerla.

Por ejemplo, se ha planteado la necesidad de evitar que los niños inicien el peligroso trayecto desde Necoclí y Turbo en Colombia, para así evitar que lleguen a Panamá en condiciones de riesgo tras atravesar la selva.


Además, más de 12,000 personas que utilizan estas rutas de migración han generado problemas sanitarios, introduciendo nuevas enfermedades que antes no eran recurrentes.
Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, comenta que la migración es un fenómeno complejo con efectos significativos en la seguridad ambiental del Darién y sus comunidades.

Ante esta situación, el enfoque no recae únicamente en Panamá, sino en una colaboración internacional que permita abordar de manera efectiva este desafío migratorio.

El Gobierno panameño está comprometido en tomar medidas contundentes para frenar el flujo migratorio en la región del Tapón del Darién, y hace un llamado a la cooperación internacional para enfrentar conjuntamente esta problemática.

El gobierno de Panamá ha invertido más de 60 millones de dólares para atender a los migrantes y asegura que el tránsito sin control también ha causado daños ambientales en los ecosistemas naturales de los ríos, los cuales son fuentes de agua para poblaciones indígenas.
El anuncio de un posible cierre de la frontera terrestre entre Panamá y Colombia ha surgido dos semanas después de que Panamá acusara a Colombia de no colaborar lo suficiente para detener el creciente flujo migratorio por el Tapón del Darién, considerada la selva más peligrosa del mundo.

Panamá considera que los esfuerzos de los países del sur para detener el flujo irregular de migrantes a través de este corredor selvático son insuficientes. Según las cifras oficiales panameñas, en lo que va de 2023 han cruzado más de 307.000 migrantes por esta ruta, superando los 248.000 registrados en 2022.

Panamá ha intentado comunicarse y manejar esta situación a través de la cooperación internacional, pero lamentablemente ha caído en oídos sordos.

Algunos países del sur no están asumiendo la responsabilidad adecuada frente a este tema, lo cual lleva a Panamá a tomar decisiones tanto internas como externas al respecto.

Estas declaraciones fueron realizadas durante la IV Reunión Plenaria de la Conferencia Regional sobre Migración y la Conferencia Suramericana sobre Migraciones, que se lleva a cabo en nuestro país centroamericano.

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