Las persecuciones policiales por sospecha de tráfico de migrantes en Texas han resultado en la muerte de 74 personas en un lapso de dos años, según un informe de Human Rights Watch.
Estas persecuciones a alta velocidad, llevadas a cabo como parte de una iniciativa de seguridad fronteriza implementada por el gobernador Greg Abbott, han aumentado significativamente desde su inicio.
El informe revela que al menos 189 personas resultaron heridas durante estas persecuciones en un período de 29 meses.
Además, algunas de las víctimas mortales no estaban directamente involucradas en el tráfico de migrantes, lo que plantea preocupaciones sobre los abusos a los derechos humanos.
Alison Parker, directora adjunta de Human Rights Watch para Estados Unidos, declaró que la seguridad pública no justifica el manejo a alta velocidad y los accidentes que ponen en riesgo la vida de los texanos.
Criticó la Operación Lone Star de Texas por aumentar el caos, el miedo y los abusos a los derechos humanos de los ciudadanos y migrantes.
los oficiales de su departamento tienen la discreción de decidir cuándo iniciar y detener una persecución, y utilizan diferentes métodos para detener a los conductores que huyen.
Sin embargo, expertos citados por The New York Times señalaron que esta forma de proceder difiere de la de los departamentos de policía de las grandes ciudades de Texas, como Houston, donde se han implementado políticas para reducir las persecuciones vehiculares a alta velocidad.
El informe de Human Rights Watch llega después de una colisión frontal entre dos vehículos en el condado de Zavala, Texas, en la que murieron ocho personas.
Se cree que el vehículo transportaba migrantes objeto de contrabando. Varios de los fallecidos eran ciudadanos de Honduras.
Human Rights Watch analizó los datos de las persecuciones vehiculares en los 60 condados donde se ha implementado la operación de seguridad fronteriza de Abbott.
En total, se registraron más de 5,200 persecuciones, de las cuales 3,600 ocurrieron durante el período analizado.
El informe reveló que al menos siete transeúntes murieron durante estas persecuciones, incluyendo a una niña de 7 años que fue atropellada junto a su abuela por un conductor tratando de escapar de los agentes del sheriff del condado de Crockett.
En respuesta al informe, la vocera de Abbott culpó al presidente Joe Biden por su política de fronteras abiertas, argumentando que esto ha permitido a los cárteles mexicanos aprovecharse del caos y poner en peligro vidas inocentes.
Como resultado de este informe, la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha revisado su política de persecuciones vehiculares y ahora prohíbe las persecuciones a alta velocidad a menos que haya causa probable de que se haya cometido un delito mayor con violencia.
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