¿Qué deben hacer los migrantes para auto deportarse de forma voluntaria?

Los migrantes que se encuentran en Estados Unidos y que están enfrentando un proceso de deportación tienen la opción de optar por la salida voluntaria.

Este procedimiento es particularmente útil para aquellos que desean evitar las consecuencias legales que puede acarrear una deportación formal, ya que les permite abandonar el país por su propia cuenta dentro de un plazo específico, sin que se emita una orden de expulsión oficial en su contra.

Para fortalecer su petición de salida voluntaria, el migrante está obligado a presentar pruebas que avalen su solicitud. Esto puede incluir cartas de apoyo de familiares, amigos o empleadores que atestigüen su buen comportamiento y contribuciones a la comunidad.

Existen dos tipos de salida voluntaria: la primera se puede solicitar antes de que concluyan los procedimientos judiciales relacionados con el caso del migrante, y la segunda se puede solicitar tras la decisión final de la corte.

La primera opción debe ser solicitada desde el inicio del proceso migratorio, mientras que la segunda se presenta durante la audiencia final y suele ser más difícil de obtener debido a las circunstancias que rodean cada caso.

Optar por la salida voluntaria tiene varias ventajas. Una de las más significativas es que evita la inclusión de una orden de deportación en el expediente migratorio del individuo, lo que facilita considerablemente cualquier futura solicitud para reingresar a Estados Unidos.

En el caso de la salida voluntaria postconclusión, existen requisitos adicionales. El migrante debe haber residido en Estados Unidos durante al menos un año antes de recibir la notificación para comparecer ante las autoridades migratorias.

Un migrante que cuenta con una orden de deportación puede enfrentarse a restricciones que le impidan regresar al país por un período de hasta diez años.

Además, la salida voluntaria brinda una mayor flexibilidad en el futuro, ya que aumenta las posibilidades de obtener una visa o permite que familiares que residen en Estados Unidos puedan gestionar la legalización del migrante en el futuro.

Sin embargo, es importante considerar los inconvenientes que conlleva esta decisión.

Uno de los principales desafíos es que el migrante es responsable de cubrir los gastos de su propio viaje de regreso a su país de origen.

Para que un migrante pueda calificar para la salida voluntaria antes de que se emita una decisión final sobre su caso, es necesario que presente su solicitud antes de la audiencia correspondiente.

Asimismo, debe asegurarse de abandonar Estados Unidos dentro del plazo establecido.

De no hacerlo, podría enfrentarse a multas y otras sanciones que podrían complicar su situación migratoria y dificultar su reingreso al país en el futuro.

En el peor de los casos, si el migrante no cumple con las condiciones acordadas, la salida voluntaria podría transformarse en una orden de deportación, lo que conlleva todas las implicaciones legales que esto conlleva.

Es fundamental que cada individuo evalúe cuidadosamente su situación particular y considere la asesoría legal adecuada antes de tomar una decisión.