El huracán Milton ha dejado una estela de devastación en Florida, resultando en severos daños materiales, apagones masivos y tornados que han cobrado vidas.
Este fenómeno natural tocó tierra en la costa del Golfo de Florida, cerca de Siesta Key, el miércoles por la noche, con vientos sostenidos que alcanzaron velocidades de hasta 120 millas por hora (más de 190 kilómetros por hora), según reportes del Centro Nacional de Huracanes (NHC).
El impacto de Milton no se limitó a los vientos destructivos; su paso también generó marejadas ciclónicas y lluvias torrenciales que han desbordado ríos y drenajes en varias regiones del estado.
Las inundaciones han sido particularmente severas en áreas centrales y del suroeste de Florida, donde muchas comunidades han quedado sumergidas bajo el agua, complicando aún más los esfuerzos de rescate y evacuación.
Uno de los efectos más alarmantes de la tormenta ha sido el apagón que ha afectado a más de 2.6 millones de residentes en todo el estado.
Según datos de PowerOutage.us, más de un cuarto de las conexiones eléctricas en Florida han sido interrumpidas, dejando a muchas zonas, como los condados costeros de Pinellas, Hillsborough, Manatee y Sarasota, así como el condado interior de Hardee, casi completamente a oscuras.
Las autoridades han advertido que el restablecimiento del suministro eléctrico podría tardar semanas en algunas áreas, dada la magnitud de los daños sufridos en la infraestructura eléctrica.
Además, el huracán Milton ha desencadenado tornados en diferentes partes del estado, resultando en múltiples víctimas.
En el condado de St. Lucie, el sheriff confirmó la trágica muerte de varias personas en una comunidad de ancianos tras el paso de uno de estos tornados, lo que ha conmocionado a la población y ha elevado la urgencia en las operaciones de rescate.
Así quedó el techo del estadio Tropicana Field, ubicado en Florida, Estados Unidos, después de la devastadora llegada del huracán Milton.
A la mañana siguiente, el 10 de octubre, se reportó que el huracán había disminuido a categoría 1. Sin embargo, los meteorólogos advirtieron que la tormenta sigue siendo extremadamente peligrosa, con vientos que alcanzan hasta 140 kilómetros por hora.
Esta intensidad ha causado la destrucción de múltiples líneas eléctricas, lo que ha dejado a millones de residentes sin servicio de luz y ha complicado los esfuerzos de restauración.
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